El fútbol, deporte de masas. Amado por unos, detestado por otros.
La cuestión es que levanta pasiones y trabajar en él, es el sueño de muchos.
Jugador o entrenador y no, necesariamente, lo primero es un requisito indispensable para convertirse en lo segundo.
Cualquiera que aspire a ser un futuro entrenador de fútbol, antes, debe meditarlo muy bien. Además de ser uno de los trabajos más atractivos, es uno de los más estresantes.
Una profesión muy dura, que puede llegar a ser, tan extremadamente enriquecedora, como frustrante. Continuamente en el punto de mira, recibiendo las mayores críticas por parte del público y los medios de comunicación. Si existen malos resultados, la culpa es del entrenador. Y si hay que prescindir de algún puesto, este es el primer sacrificado.
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